A pesar de los recortes de financiación y los desafíos actuales, en 2025 se han producido avances notables en la salud mundial. Nuevas herramientas y estrategias están mejorando drásticamente los resultados contra algunas de las enfermedades más mortales del mundo, ofreciendo una rara dosis de optimismo en medio de crisis persistentes. Este progreso no se trata sólo de avances científicos; se trata de una implementación efectiva, alianzas estratégicas y un compromiso renovado para llegar a los más necesitados.
La eliminación del cáncer de cuello uterino cobra impulso
Se alcanzó pronto un hito clave: más de 86 millones de niñas han sido vacunadas contra el cáncer de cuello uterino, superando el objetivo de 2025. Este éxito se debe a la adopción de la vacuna contra el VPH de dosis única, que simplifica la logística y duplica la eficiencia de la vacuna.
El impacto es profundo: se prevé que las 86 millones de dosis prevengan aproximadamente 1,4 millones de muertes por cáncer de cuello uterino. Si bien la enfermedad sigue siendo devastadora en el África subsahariana, donde se producen el 85% de los casos nuevos, la rápida expansión de los programas de vacunación está cambiando la trayectoria. Esto muestra cómo las intervenciones específicas pueden reducir drásticamente las tasas de mortalidad incluso en entornos con recursos limitados.
Una nueva era en el tratamiento de la malaria con GanLum
Después de décadas de estancamiento, una nueva clase de medicamento contra la malaria, GanLum, está lista para recibir aprobación regulatoria. Los ensayos clínicos demostraron una tasa de curación del 99,2 %, superando a los tratamientos estándar y ofreciendo una defensa fundamental contra los parásitos resistentes a la artemisinina.
La resistencia a los medicamentos es una amenaza recurrente en el control de la malaria, como lo demuestran los fracasos anteriores con la cloroquina. GanLum proporciona un “extintor de incendios” muy necesario contra los parásitos en evolución, evitando potencialmente millones de muertes. Los investigadores también esperan que reduzca la transmisión, frenando aún más la propagación de la enfermedad.
Avances en la eliminación del sarampión en África y el Pacífico
Cabo Verde, Mauricio y Seychelles se han convertido en los primeros países subsaharianos en eliminar oficialmente el sarampión y la rubéola. Este éxito contrasta marcadamente con los brotes mundiales de sarampión, incluido un aumento en las Américas.
Estas naciones africanas demuestran que dar prioridad a la vacunación puede producir resultados transformadores. Con una cobertura del 95% en Botswana y Ruanda, están a nuestro alcance mayores logros. A nivel mundial, la vacuna contra el sarampión ha salvado casi 59 millones de vidas desde 2000, lo que subraya su impacto demostrado.
Lenacapavir: un punto de inflexión en la prevención del VIH
Un nuevo medicamento para la prevención del VIH, Lenacapavir, se está lanzando en el África subsahariana tras su aprobación en Estados Unidos. Administrado mediante inyección dos veces al año, ofrece una protección casi completa contra la infección por VIH.
Gilead, el fabricante, se ha comprometido a suministrar el medicamento sin fines de lucro a hasta dos millones de personas y ha autorizado la producción genérica para garantizar su asequibilidad. Esta rápida disponibilidad, a diferencia de medicamentos anteriores que tardaron años en llegar a los países de bajos ingresos, es un gran avance en la equidad sanitaria mundial. Sin embargo, el acceso sigue siendo desigual y la asequibilidad sigue siendo una preocupación para muchas comunidades.
Avances en el tratamiento de la tuberculosis
La tuberculosis, la principal enfermedad infecciosa mortal en el mundo, se enfrenta a nuevos desafíos gracias a la investigación en curso. Cuatro vacunas están en pruebas finales, junto con herramientas de diagnóstico más sencillas, como hisopos de lengua. Un nuevo antibiótico, la sorfequilina, se ha mostrado prometedor en ensayos clínicos y puede acortar la duración del tratamiento.
Estos avances se basan en un régimen de 2019 que ya redujo el tiempo de tratamiento a seis meses. Otras mejoras, incluida la integración de la sorfequilina, podrían acelerar el progreso hacia la erradicación de la tuberculosis. Si bien la erradicación sigue siendo un objetivo lejano, estos avances ofrecen una esperanza renovada en una lucha que lleva décadas.
Conclusión: Estos avances demuestran que a pesar de los desafíos sistémicos (recortes de fondos, resistencia a los medicamentos y obstáculos logísticos) es posible lograr avances significativos. El despliegue eficaz de vacunas, los tratamientos innovadores y las iniciativas de acceso equitativo están salvando millones de vidas y remodelando el panorama de la salud mundial. La inversión y el compromiso sostenidos son fundamentales para aprovechar estos logros y garantizar un futuro más saludable para todos.
