La Tierra se está preparando para una exhibición de auroras potencialmente impresionante a medida que un trío de colosales explosiones solares (cada una de ellas una llamarada de clase X, la más poderosa) se precipita hacia nuestro planeta. Estas erupciones, que se originan en la mancha solar AR4274, convergerán en la Tierra casi simultáneamente, lo que probablemente desencadenará una tormenta geomagnética severa.
Las tres llamaradas, que ocurrieron el 9 de noviembre (X1,7), el 10 (X1,2) y el 11 (la más poderosa hasta el momento en 2025 con X5,1), estuvieron acompañadas de eyecciones de masa coronal (CME). Estas CME son liberaciones colosales de plasma solar y campos magnéticos, miles de millones de toneladas que se lanzan a través del espacio. Cuando la Tierra intercepta una CME, desencadena una tormenta geomagnética.
Los pronosticadores del clima espacial predicen una tormenta geomagnética de nivel G4, que podría alcanzar el catastrófico nivel G5, según el Centro Australiano de Pronóstico del Clima Espacial. Esta intensidad significa un evento importante con un impacto potencial significativo en nuestra tecnología y medio ambiente.
Si bien las poderosas tormentas geomagnéticas pueden alterar las redes eléctricas, los sistemas de navegación y las comunicaciones y plantear riesgos para los satélites y los aviones, la ventaja es que estas interacciones de partículas también crean auroras, esos fascinantes despliegues de luz en el cielo.
Esta tormenta podría pintar un espectáculo especialmente vívido debido a su severidad esperada. Los pronósticos sugieren que la exhibición de auroras podría ser visible en latitudes mucho más bajas de lo habitual, lo que significa que personas alejadas del Círculo Polar Ártico podrían presenciar este ballet celestial. Para aumentar la emoción, cada CME de este triplete viaja más rápido que la anterior, un fenómeno conocido como “CME caníbales”. Cuando estas ondas de choque se fusionan, sus efectos combinados se amplifican dramáticamente.
Recordemos la espectacular tormenta geomagnética de nivel G5 de mayo de 2024, que fue provocada por tres CME caníbales. Los modelos actuales sugieren que la historia podría repetirse. La Tierra está situada directamente en el camino de esta convergencia cósmica, preparando el escenario para un espectáculo de auroras que podría rivalizar con el de 2024.









































