La carrera espacial de China: un año récord en medio de la competencia global

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China consolidó su posición como gran potencia espacial en 2025, rompiendo su propio récord de lanzamientos en un solo año a una velocidad notable. En sólo dos semanas, cuatro cohetes chinos despegaron, impulsando el total de misiones orbitales del país a 72 en el año, superando el récord anterior de 68 lanzamientos del año pasado.

Este logro subraya la agresiva búsqueda de China por el dominio espacial, particularmente porque compite ferozmente con Estados Unidos, que sigue siendo el líder indiscutible en lanzamientos este año con más de 150 misiones exitosas. Mientras Estados Unidos se centra en una amplia gama de proyectos comerciales y gubernamentales, China parece estar dando prioridad a la rápida expansión de su propia infraestructura espacial.

Los lanzamientos del fin de semana fueron una potente combinación de ambiciosos programas gubernamentales e innovación del sector privado:

  • Los cohetes antiguos satisfacen las nuevas demandas: Dos cohetes Larga Marcha, caballos de batalla operados por la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, de propiedad estatal, demostraron el valor duradero de este veterano sistema de lanzamiento. El sábado, una Gran Marcha 11H puso en órbita tres satélites Shiyan-32. Estas enigmáticas naves están diseñadas para evaluar tecnologías espaciales emergentes, lo que sugiere capacidades avanzadas que se están desarrollando en China. Más tarde esa misma noche, otro Gran 12 de Marcha lanzó con éxito un lote de satélites de banda ancha destinados a la ambiciosa megaconstelación SatNet. Cuando esté completamente implementada, esta red abarcará la impresionante cifra de 13.000 satélites en órbita terrestre baja (LEO), lo que potencialmente revolucionará el acceso global a Internet.
  • Los jugadores privados se unen a la carrera: El cohete Kinetica-1 de CAS Space y el Ceres-1 de Galactic Energy también surcaron los cielos el sábado y domingo respectivamente. La misión Kinetica-1, conocida como Lijian-1 en China, entregó con éxito dos satélites de prueba de observación de la Tierra en LEO, lo que supone un importante paso adelante para las capacidades de lanzamiento privadas chinas. Sin embargo, el lanzamiento de Ceres-1 se vio empañado por dificultades técnicas cuando su etapa superior falló, lo que provocó trágicamente la pérdida de tres satélites a bordo.

A pesar de este revés, el continuo impulso de China hacia un número sin precedentes de lanzamientos pone de relieve su inquebrantable ambición de convertirse en una fuerza líder en la exploración espacial y el desarrollo tecnológico. Sin duda, la nación está invirtiendo fuertemente tanto en programas gubernamentales tradicionales como en el fomento de un sector privado sólido capaz de competir en el escenario global.