La red clandestina de satélites SpaceX “Starshield” del gobierno de Estados Unidos está transmitiendo intencionalmente señales de radio fuera de las frecuencias aprobadas internacionalmente, según descubrió un astrónomo aficionado. Estas señales, transmitidas de una manera que se desvía de los protocolos estándar de comunicación por satélite, podrían potencialmente perturbar otras naves espaciales y plantear dudas sobre la naturaleza deliberada de su emisión.
Transmisión no convencional
Scott Tilley, un científico ciudadano con un historial de seguimiento de actividades espaciales inusuales, se topó con las señales anómalas mientras realizaba una investigación independiente. Las transmisiones, detectadas en el rango de 2.025 a 2.110 megahercios, utilizan frecuencias de “enlace ascendente” para la comunicación de “enlace descendente”, una inversión de los protocolos establecidos. Este enfoque poco convencional pasa por alto la supervisión regulatoria de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que coordina el uso global del espectro radioeléctrico.
“Fue simplemente un movimiento torpe con el teclado”, explicó Tilley, relatando el descubrimiento accidental. Análisis posteriores confirmaron que las señales se originaron en los satélites Starshield, un programa envuelto en secreto operado por la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) y la Fuerza Espacial de Estados Unidos.
Potencial de interferencia
El uso deliberado de frecuencias no estándar genera preocupación sobre posibles interferencias con otras naves espaciales. Los satélites cercanos podrían experimentar interrupciones en la recepción de comandos o errores operativos debido a transmisiones no autorizadas. Si bien aún no se han reportado incidentes, la posibilidad sigue siendo un tema crítico.
“Los satélites cercanos podrían recibir interferencias de radiofrecuencia y tal vez no responder adecuadamente a las órdenes (o ignorar las órdenes) de la Tierra”, advirtió Tilley.
Silencio gubernamental y ambigüedad estratégica
Ni SpaceX ni la NRO han emitido ningún comentario sobre el descubrimiento, por lo que el propósito y las implicaciones de las señales no están claros. Algunos expertos especulan que las transmisiones no convencionales pueden ser intencionales, un riesgo calculado para mantener las ventajas operativas.
“SpaceX es inteligente y conocedor”, afirmó Kevin Gifford, profesor de informática especializado en interferencias de naves espaciales. “Es posible que hayan decidido simplemente ‘hacerlo y pedir perdón más tarde'”.
Implicaciones más amplias de la contaminación satelital
Este incidente pone de relieve un problema creciente: la creciente contaminación radioeléctrica procedente de constelaciones de satélites privados. Se ha documentado que Starlink de SpaceX, en particular, filtra radiación electromagnética no intencionada (UEMR) que se superpone con las frecuencias utilizadas por los radioastrónomos. A medida que el número de satélites en órbita se dispara (con proyecciones que superarán los 100.000 para 2050), se intensifica el riesgo de interferencia generalizada.
Las señales de Starshield, si bien no perturban inmediatamente la radioastronomía, contribuyen a un problema más amplio. El uso deliberado de frecuencias no estándar sugiere un desprecio por las regulaciones internacionales y una voluntad de priorizar el secreto operativo sobre la coordinación del espectro.
Una crisis creciente en las comunicaciones espaciales
La situación subraya la necesidad de una supervisión y aplicación más estrictas de las regulaciones del espectro en el espacio. Sin intervención, la proliferación incontrolada de satélites y sus emisiones podría paralizar la radioastronomía terrestre y potencialmente poner en peligro la funcionalidad de otras naves espaciales. Las acciones deliberadas del programa Starshield, combinadas con la contaminación involuntaria de Starlink, pintan un panorama preocupante para el futuro de las comunicaciones espaciales.









































