Estudiantes de la Universidad de Leicester organizaron recientemente una conferencia “Simulacro de COP”, simulando negociaciones internacionales sobre el clima mientras concluye la verdadera cumbre COP30 en Brasil. El ejercicio permitió a los participantes encarnar a diferentes naciones y lidiar con las complejidades de la política climática global, destacando tanto la ansiedad como el optimismo cauteloso entre los jóvenes con respecto al futuro.
Ansiedad y desconexión generacional
El evento dirigido por estudiantes subrayó una creciente sensación de malestar entre los jóvenes sobre el cambio climático, junto con un nivel preocupante de desconexión. Andrew Alvedro, en representación de España, señaló que muchos pares desconocían el proceso de la COP en sí; “un poco preocupante”, dijo. Esta apatía se ve alimentada por la percepción de inacción a pesar de un claro consenso científico y las tecnologías disponibles.
La principal frustración expresada por los estudiantes se centró en la brecha entre la concientización y la implementación de políticas. Reconocen la urgencia de la crisis, pero ven a los gobiernos atrapados en ciclos improductivos.
Una década después de París: ¿Terreno perdido?
Este año se cumple una década desde el histórico Acuerdo de París, cuyo objetivo era limitar el calentamiento global a 1,5°C. Sin embargo, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que ahora es inevitable sobrepasar este objetivo, siendo 2024 el primer año en que se superó el límite de 1,5°C.
Esta realidad arroja una sombra sobre las negociaciones simuladas de los estudiantes. Nour El Imane Boubekeur, representante de Francia, expresó una mezcla de ansiedad y esperanza, recordando el éxito del acuerdo de 2015 pero reconociendo que “necesitamos hacer esos cambios ahora mismo si no queremos vivir en una pesadilla”.
Pragmatismo esperanzador
A pesar de la frustración generalizada, muchos estudiantes expresaron su decidida voluntad de impulsar el cambio. James Charlton, simulando a Australia, enfatizó los riesgos personales: “Esa es mi vida, ese es el mundo en el que tengo que vivir”. Él y otros expresaron confianza en el compromiso de acción de la generación más joven.
Mohammed Siddiqui, presidente del consejo de sostenibilidad de la universidad, subrayó la importancia de este compromiso: “Dado que nuestra generación heredará la próxima era de toma de decisiones… queremos asegurarnos de tener un planeta que podamos sostener”.
El ejercicio de la COP simulada sirvió como un crudo recordatorio de que, si bien la ciencia del cambio climático está resuelta, el verdadero obstáculo reside en la voluntad política y la cooperación global.
La simulación de los estudiantes reflejó las tensiones del mundo real entre la ambición y la inercia, destacando la necesidad urgente de tomar medidas decisivas antes de que la crisis se agrave.
