Ampliar los programas de vacunación contra el VPH para incluir a los hombres jóvenes es crucial para lograr la inmunidad colectiva y eliminar los cánceres relacionados con el VPH, incluido el cáncer de cuello uterino, que se cobra más de 300.000 vidas anualmente en todo el mundo. Una nueva investigación de la Universidad de Maryland demuestra que depender únicamente de la vacunación femenina es insuficiente en muchos países, y que vacunar a los niños mejora significativamente la viabilidad de la erradicación.
El problema de la vacunación con sesgo de género
Durante años, la vacuna contra el VPH se ha comercializado principalmente entre las mujeres como medida preventiva contra el cáncer de cuello uterino. Si bien este enfoque ha reducido drásticamente las tasas de cáncer de cuello uterino (en algunas regiones se ha observado una caída de casi el 90% en los casos en las últimas dos décadas), pasa por alto el impacto más amplio del virus. El VPH no es solo un problema de salud de las mujeres. Los hombres corren riesgo de padecer cánceres relacionados con el VPH, incluidos cánceres de ano, de pene y de cabeza y cuello, y desempeñan un papel vital en la transmisión viral.
Este enfoque sesgado ha dado lugar a importantes disparidades en las tasas de vacunación: en muchos países, muchos menos hombres jóvenes reciben la vacuna en comparación con las mujeres. En Corea del Sur, por ejemplo, las tasas actuales de vacunación femenina son del 88%, todavía por debajo del 99% necesario para la inmunidad colectiva. Sin una cobertura más amplia, el VPH seguirá circulando y causará muertes evitables.
El modelado matemático muestra el camino a seguir
Los investigadores desarrollaron un nuevo modelo matemático calibrado utilizando datos sobre el cáncer de Corea del Sur para evaluar el impacto de diferentes estrategias de vacunación. Sus hallazgos son claros: vacunar al 65% de los niños en Corea del Sur, además de mantener las tasas actuales de vacunación femenina, podría lograr la inmunidad colectiva. Incluso si las tasas de vacunación femenina cayeran ligeramente al 80%, alcanzar una cobertura del 80% entre los hombres aún permitiría la eliminación del cáncer.
Esto se debe a que vacunar a los niños reduce la presión general para lograr una cobertura femenina extremadamente alta. El virus se propaga a través del contacto sexual y la transmisión de piel a piel, lo que significa que los hombres pueden contraer y transmitir el VPH. Si un gran porcentaje de la población masculina es inmune, el virus tiene menos huéspedes para infectar, protegiendo a ambos sexos.
Implicaciones globales y objetivos futuros
Los principios del modelo se aplican más allá de Corea del Sur. Los investigadores estiman que aproximadamente un 70% de cobertura entre hombres y mujeres en Estados Unidos sería suficiente para lograr la inmunidad colectiva. Si estas estrategias de vacunación se ampliaran a nivel mundial, los científicos predicen la eliminación del cáncer de cuello uterino en 149 de 181 países para finales de siglo.
Los autores del estudio recomiendan vacunar a los niños de entre 12 y 17 años junto con las niñas y las mujeres mayores que pueden haber perdido oportunidades de vacunación anteriores. La evidencia reciente sugiere que vacunar a las personas mayores aún puede brindar cierta protección. Con una vacunación generalizada y exámenes continuos del cuello uterino, podemos prevenir aproximadamente 350.000 muertes anuales por cáncer de cuello uterino en todo el mundo. El camino hacia la erradicación es claro: políticas de vacunación inclusivas en términos de género y un compromiso de proteger a todas las poblaciones en riesgo.
























